A la hora de invertir en silvicultura, la diversificación de especies es esencial: dependiendo del tipo de árbol, las superficies boscosas se explotan de forma diferente y tienen rendimientos variados. También hay que tener en cuenta el clima y los riesgos a los que están expuestos los árboles. ¿Cuáles son las especies más comunes en las diferentes regiones? ¿Y qué criterios se deben utilizar para elegir los árboles adecuados para un bosque de inversión? Explicaciones.
Los árboles de hoja caduca están más extendidos en el norte y el este.
El clima continental templado con inviernos fríos y veranos calurosos. Contiene principalmente árboles de hoja caduca, entre ellos robles, arces, fresnos, hayas y castaños.
Aunque predomina la población de árboles caducifolios, también encuentran su lugar allí algunas coníferas, entre las que destacan el pino silvestre, la pícea común y el alerce europeo.
Coníferas en zonas de gran altitud
Los bosques están constituidos con mayor frecuencia por coníferas. Son más resistentes a inviernos duros, veranos moderadamente cálidos y fuertes lluvias. La pícea de Noruega, en particular, se adapta bien a los suelos de las regiones montañosas.
A menor altitud, el aliso blanco o el arce sicómoro comparten las superficies boscosas con otras maderas duras, especialmente el roble y el haya.
Los pinos en zonas marítimas, desde las orillas del Mediterráneo hasta los bosques de las Landas
Con inviernos suaves, veranos calurosos y secos y una fuerte influencia del Mediterráneo o del océano Atlántico, los bosques del sureste y suroeste no presentan las mismas especies. El pino marítimo está especialmente extendido en los bosques de las Landas: está adaptado a suelos ácidos, pobres y arenosos. El alcornoque, con su gruesa corteza, está naturalmente dotado para resistir los incendios. El eucalipto crece muy bien en un ambiente seco y cálido pero es más sensible a las llamas.
¿Qué criterios debemos utilizar para elegir la especie de árbol adecuada?
Son varios los factores que influyen en la elección de los forestales. Recuerde que tales elecciones requieren conocimiento sobre las especies, cómo cosecharlas y buenas técnicas de manejo forestal .
Condiciones climáticas y naturaleza del suelo.
Las especies deben adaptarse a temperaturas medias y extremas , tanto en invierno como en verano. También hay que tener en cuenta la humedad y las precipitaciones.
La naturaleza del suelo (arenoso, pedregoso, franco, etc.) influye en la elección de las especies, así como su pH (ácido o alcalino).
Los objetivos de la explotación forestal de inversión
El bosque es, por naturaleza, una inversión a largo plazo. Pero dependiendo de la especie, el período de crecimiento varía.
Entonces, para esperar una tala rápida, ¡hay que elegir árboles de crecimiento rápido! Algunas especies son más adecuadas para la explotación como leña o pulpa de papel, por ejemplo. Otros sólo serán utilizables después de varias décadas, como los robles utilizados en construcción y carpintería.
La resistencia de los árboles y su capacidad de adaptación
Incendios, sequías, inundaciones e incluso enfermedades son riesgos a tener en cuenta para la buena salud de un bosque. La elección de las especies también depende de la capacidad de los árboles para resistir estos riesgos . Deben ser compatibles con las especies locales y ser fáciles de mantener. Por último, el impacto del cambio climático también es un avance que los forestales deben tener en cuenta.